Perfumes.

Siempre me gustaron los perfumes, siempre, siempre. Mi mamá cada vez que salía  a pasear con mi papá o tenía una reunión con amigas, se perfumaba. Lo mismo hacía mi papá y a mí ese gesto me encantaba.Cuando salían solos, los dos se arreglaban, se ponían muy coquetos y se perfumaban rico. Nosotros nos quedábamos con mi abuela Lala lo más tranquilos. Cuando nos daban su beso de despedida me quedaba el perfume de los dos en los cachetes y respiraba bien hondooooooo para que me durara un buen rato.

Para mi cumple de 10, mi amiguita Martha me había regalado uno de Coqueterías  y eso me hacía sentir muy importante.



Es cierto que mi tía-abuela Maruca me regalaba cada 20 de diciembre uno de María Estuar, que  agradecía mucho pero que no me gustaba nada. Lo terminaba usando mi abuela Lala.

De adolescente hacía una mezcla con unos perfumes de Avon, ( el presupuesto no me daba para más) . Grande fue mi locura por los perfumes cuando a los 20 empecé a viajar a Colonia- Uruguay y allí empecé a disfrutar como loca del perfume-ambiente del free shop, con esa engolosinada de perfumes importados.

En una de las escuelas, Juana, la profesora de Inglés,  usaba un perfume que me enloquecía, el First. En uno de los viajes a Uruguay me lo compré pero jamés logré que en mi piel se sintiera como en la de ella, tan disftinguida.




Unos amigos de mis viejos habían viajado a París y a su regreso le regalaron a mi mamá un perfume que me enolqueció por años. La Nuit, de Paco Rabane, lo compré porque me fascinaba, era como para el invierno y el pensar que era un perfume que venía de aquella ciudad que para entonces me parecía inalcanzable, le daba un plus inigualable.


En mi primer viaje en ferry desde Francia a Inglaterra  me compré uno , pero no de primera línea, un Ma Griffe de  Carven.





Ya después en los veintipico, me volví a encontrar con mi grupete de la infancia y mi amiga Yani, se apareció envuelta en Ysatis de Givenchy y me pareció adorable. Toda esa etapa estuve a full con el Ysatis, que lo alternaba con La Nuit, para ocasiones especialísimas, ya que cuando yo lo descubrí, empezó a dejar de hacerse.



A los 31 conocí a mi gordo, que se apareció un día con el Flower de Kenzo .Al principio me pareció raro que me regalara un perfume sin consultarme, para mí es un regalo tan personal, y , afectivamente me costaba largar los otros, tan asociados a muy mágicos momentos. Pero ese aroma intenso que tiene, más el hecho de que él lo hubiera elegido para mí, hizo que fuera ganando protagonismo  y lo adopté para siempre. Ya era hora de largar amarras y ese perfume marcó el comienzo de una etapa verdaderamente feliz para mi alma.



De Marcela, mi compñaera del IVA ( Insituto Vocacional de Arte) me quedó el Giorgio amarillo ( uno bastante fuerte y mejor al bolsillo que los otros) que  lo uso para ir más que nada a la escuela, a mis nenes les encanta!


 Y en otro de los viajes a Uruguay me convidaron con  uno de Dior que me gusta mucho y se unió al club de mis perfumes especiales y favoritos.

Para un día del maestro, la mamá de Franco, me regaló un perfume y casi me muero. Me lo había comprado porque el nene decía que yo siempre tenía olor a rico y cuando le daba a un abrazo a él, le quedaba por un rato el olorcito en su cachete.Esa historia me dio muchísima ternura y me recordó mi propia infancia y esa conexión con el prefume de mis padres.

Quiero mucho a mis perfumes porque cada uno me tira inexorablemente hacia algún recuerdo, alguna época, alguna persona, algún abrazo, alguna situación que me da cierto calorcito en el alma. Y como soy algo nostalgiosa , el perfume es mi mejor pasaje a esos viajes que me pego en el tiempo. De los más significativos, me guardé un poquito en el frasco. Me gusta perfumar mis pañuelos, mis pashminas y bufandas en invierno. Pero, ojo, no  soy de las que te abruman con su perfume, soy de las que se lo ponen en principio para mí y para quien tenga bien cerquita.
 Y ustedes? Tienen algún perfume especial? Besotes y buen jueves para todas!!!!!!