lunes, 16 de enero de 2017

Volviendo al blog



Este blog nació de la necesidad de decirle a los demás porqué a mis 40 yo no era madre. Con el tiempo y una vez pasadas esas épocas tormentosas...este espacio de mi intimidad derivó en un blog de viajes, mi gran pasión,  y  en un reducto de reflexiones, fotografías, experiencias creativas, culinarias y vivencias personales.
Para quienes me leen saben que los últimos dos años, matizados entre viajes hermosos, fui atravesando momentos de la vida muy determinantes.
Finalmente este 2017 lo empecé sin la presencia física de mi papá, sin sus abrazos, si su amor sin palabras pero poblado de gestos. Y eso me puso en un lugar emocional y hasta físico totalmente sinigual.

La vida sigue y tanto. 



Lo lloro, lo río, lo pienso, lo saludo, brindo por él en cada mesa familiar, lo pueblo de humor, lo extraño con esa tristeza capaz de ensombrecer a la luz más brillante,  pero sigo. Sigo, con sonrisas anchas y mucha tristeza a la vez, en este desencadente emotivo que hace que lo evoque con carcajadas estridentes o llantos con hipo. Así sigo,  porque nada de lo que haga o deje de hacer hará que vuelva a como lo tuve en mi vida durante 46 preciosos años.

El 20 de diciembre, recién levantada, ya sin el viejo, sin su saludo en mi cumple número 47
( para dejar testimonio, vio?).


Elijo celebrar su vida. Se lo merece.


La familia se está reacomodando a su no presencia, a buscar el modo de que mi vieja despegue a su nuevo estado civil para que pueda disfrutar de su propia vida sin que se sienta abandonada por nosotros tres- sus polluelos algo creciditos ya -, así que la acompañamos en todo lo que podemos pero en constante estímulo a que haga cosas por ella y para ella. 



Pero a su lado, apoyando.



En lo personal este año se me presenta como un desafío. Volver a mí. Juntar los pedacitos que todavía puedan quedar deperdigados por ahí y volverme a poner en pie con ese tipo de alegría capaz de sanar. Así también poner en orden mi propia salud física y emocional, cuidar el cuerpo, ese templo orgánico que me lanza a vivir lo mejor de la vida, acorralar a la hipertensión emocional y bajar esa carrada de kilos que me supe conseguir con tanta dedicación.

Ya se irá viendo. El deseo está. Lo voy a tomar con calma, sin dejarme presionar, pero siempre atenta a que sin salud lo demás sucumbe como una pompa de jabón en manos de un niño.

Por lo pronto, pronto, mi valijita viajera volverá a carretear. No hubo mucho entusiasmo como para estrenar lugares nuevos, ni con mucha exigencia. Sólo dejarnos ir a lugares amados y alguna perlita novedosa quizás.

Mamá nos acompañará también en la última semana del viaje, lo que implicará que ella haga un tramo sola, en una verdadera aventura para la que dudó mucho si estaba lista o preparada. Pero su deseo por vivir la impulsa a no quedarse detenida en el dolor. y como ella dice..."Apuesto a la vida".



Antes de despedirme, te quiero dar las MUCHAS GRACIAS!No te das una idea de lo bien se siente estar tan acompañada en momentos así.  A vos que siempre comentás, a vos que cada tanto y a vos que nunca, pero que  en el último post de noviembre saliste de las sombras, para hacerme saber que ahí estabas y no me dejabas sola en ese momento. GRACIAS, GRACIAS, SIEMPRE GRACIAS!