Ojalá hayas tenido la oportunidad como yo de conocer Tafí del Valle, en la provincia de Tucumán - Argentina. Llegar a ese rincón norteño, es en sí un viaje maravilloso. Un camino serpenteante entre un verde maravilloso, de fácil acceso, a pesar de estar enclavado en un paisaje serrano. Pues, bueno, llegar a Grazalema, de la provincia de Cádiz, fue ese tipo de viaje. Una experiencia lindísima, Nuestro autito colorado se movía gallardo y feliz entre esas curvas que se dibujan entre la Reserva del Parque Natural de Sierra de Grazalema. Ir subiendo y subiendo....para disfrutar de este rincón del mundo andaluz.
Vamos subiendo y cada tanto nos cruzamos con otros pueblitos, tan o más bellos seguramente.
Y acá un videito de la alegría al llegar.
Mi súper Meteoro!
Con el Vasco, soñamos en que algún día se nos de venirnos a vivir a un lugar así. Tenemos un terrenito esperando por nosotros y nuestro sueño, pero eso no quita, que si la vida nos presentara la oporunidad de venirnos a España a vivir, dejáramos de hacerlo. No para siempre, pero dos o tres años, qué lindo sería.
Las plazas del pueblo, siempre y en cualquier pueblo del mundo donde te encuentres tienen ese sabor a lo popular presentado de la manera más bella posible. Ahí está puesto todo el esfuerzo de la comunidad y eso siempre presentado con ese orgullo de lo local. A mí "dar la vuelta al perro" en la plaza de un pueblo, me da ternura y alegría. Me recuerda la niñez en el pueblo de mis abuelos, en San Antonio de Areco, el lugar donde más feliz fui, de todo el mundo mundial. Y la casa de ellos, quedaba exactamente frente a la Plaza Gómez donde me cansé de jugar y jugar con libertad y esas felicidad infantil tan inigualable.
Decime si no te dan ganas de entrar a esta casa? Con esa cantidad de plantas, qué lindura!
El Vasco, está a punto de abandonarme en la caminata. Un cafecito puede ser un imprescindible para él, en tanto momento de disfrute también.
Yo sigo...
Y así lo encuentro, envuelto en sus sueños y pensamientos. También nos damos esos recreos para uno y para el otro. Y nos permitimos disfrutar a nuestras anchas.
Este pueblo, merece una pasadita más no sea. Realmente es encantadoramente sereno y reposado, enclavado en un lugar increíble.
Hasta chau, Grazalema, que seguimos viaje hacia Setenil de las Bodegas.