Alguna vez necesitaste del verde y de los
cielos que se pierden con la línea del horizonte?
Alguna vez tu espíritu sólo se aquietó
con la vista regocijándose en esa pastura infinita del campo? O viendo andar libres por ahí animales propios de los llanos?
Bueno, a mí, cada tanto el cuerpo y el
alma me piden eso, CAMPO.
Somos muy afortunados, ya tenemos nuestro
pequeñita porción de tierra en un pueblo que pertenece al partido de San Antonio de
Areco ( pero no se inunda gracias a Dios), en el que está todo por hacer y
quizás eso mismo sea lo que lleva a que se haga lo necesario para mejorar la
vida de los que viven en forma permanente en ese pueblito, pero no mucho más,
para que no se “degenere” como otros pueblos de la provincia de Bs As. Contagié de ese amor al Vasco que me acompaña en amores y locuras como esta.
Mi infancia más feliz está atada a los
pagos de San Antonio de Areco, a lo que se ha vuelto una especie de Punta del Este de la llanura
pampeana.
Mis abuelos paternos eran de allí, también mi padre y mi único tío, Chispa. La familia materna de mi madre,
también vivía en este pueblo de mi
tardes de verano con olorcito a albahaca y colores crema del cielo que
mi abuela me convidaba con crema rusa en la heladería cercana a la Plaza Gómez.
Areco significa muchas cosas internas y
es un lugar que cuando estoy muy loquita , o muy cansada o todo eso junto, me
hace bien, me devuelve a un tiempo feliz, a un tiempo sin tiempos, a una
alegría de risas fáciles y contagiosas.
Un tiempo de abrazos de abuela
interminables, de mimos gastronómicos del abuelo Roque, de jugar con mi único
primo hermano Cachorro, como dueños de la vereda y de la plaza Gómez, un tiempo
de cabello largo peinado con el aliño de un cepillo rosa que mi abuela, doña Conce me pasaba con una ternura infinita
una y otra vez antes de irnos a dormir.
El Areco de un río que no se desbordaba
tan seguido, que no inundaba las calles arrebatando el esfuerzo de los
pobladores. Ese Areco que- a pesar de sus dimes y diretes- sigue siendo un
lugar que me hace bien y que después de los nefastos años 90 ha recuperado su encanto
de entonces.
Ya no están los abuelos, tampoco mi tío
ni mi primo. Ya nadie me espera con sus brazos en cruz para arroparme con un
abrazo, uno de esos que quitan el aliento.
Sin embargo, sé que toda ese energía está
allí. Lo siento cuando camino a la vera del río que serpentea hasta llegar al
Club Náutico.
Cuando disfruto de ese airecito cargado de tanto verde.
Contemplar un atardecer y conectarme con ese momento sin más pretensiones, es
todo lo que necesito.
Así que justo unos días antes de las
últimas y penosas inundaciones estuvimos disfrutando de unos días invernales en
el pago chico.
Esta vez nos alojamos en el hotel Patio
de Moreno, nada barato por cierto y aunque rescata edilicia y bellamente lo que fuera
una casa de estilo de mediados del siglo XIX, lo cierto es que a nivel
servicios, esperábamos mucho más.
La casona es preciosa, pero deberían
cuidar los detalles de mantenimiento en las habitaciones. El desayuno muy rico,
pero sin frutas. Para mí, un fallo. De todos modos, jugo natural de naranja y
sin mucha variedad pero productos de buena calidad.
Uno de los pocos hoteles, que tiene
habitaciones con camas queen y king size y eso, lo agradecemos mucho. Tanto, que ya difícilmente tomemos un cuarto de hotel si no tenemos esta comodidad ( y sí, con los años nos aburguesamos)
La frutilla del postre de esta escapada a
San Antonio fue el descubrimiento del restaurante La Rosita.
A pesar de los años que llevamos yendo a
Areco, nunca antes ni siquiera habíamos pasado por la puerta. Cuestión casi
improbable dado la ubicación céntrica del mismo. Sin embargo, así fue nomás.
Queríamos salir de los clásicos a los que
vamos desde siempre e incursionar en algún sitio nuevo.
Fue un verdadero hallazgo que nos dejo
complacidos desde la entrada hasta la salida. Tanto así, que repetimos las tres
noches con iguales resultados noche tras noche.
Una cocina de autor, en un pueblo de
fuerte raigambre gauchesca, en la que el asado es el plato obligado para todo
visitante.
Sin embargo no son las raíces de la
tradición pampera las que me llevan una y otra vez a Areco, así que una vez
saciado el antojo de alguna achura o chorizo asados, para mí el resto de la
parrilla podría no haberse inventado.
Los postres podrían mejorar, sobretodo lograr el punto del
volcán de chocolate y la textura de la crema catalana. La última noche nos
decidimos por una copa de helado con frutos rojos y una jalea de maracuyá que en conjunto estaba
realmente deliciosa. Precios medios-altos acordes a la calidad de los productos
ofrecidos.
Nada pretencioso. Cocina sabrosa. Muy
buen servicio. Lo super recomiendo!
Ahora de yapa dos imprescindibles si te das una vuelta por Areco: una picadita en el boliche de Bessonart y unos chocolates en la Olla de Cobre: ambas experiencias...
de otro mundo!
La Olla de Cobre:
Cada uno tiene su lugar de desenchufe y
de recarga. Uno de lo más entrañables para mí sigue siendo este pueblito
campero que la Walsh
retrató en “La milonga del hornero”
“Pasto verde, pasto seco
en San Antonio de Areco.
El hornero don Perico
hace barro con el pico.
Pasa un gorrión y saluda:
-¿no necesitan ayuda?
Cuando el nido está acabado
dan un baile con asado.
Doña Perica la hornera
baila zamba y chacarera(…)”
en San Antonio de Areco.
El hornero don Perico
hace barro con el pico.
Pasa un gorrión y saluda:
-¿no necesitan ayuda?
Cuando el nido está acabado
dan un baile con asado.
Doña Perica la hornera
baila zamba y chacarera(…)”
Buen comienzo de semana. Gracias por impulsarme a escribir y a seguir compartiendo nuestras escapadas y lo que voy viviendo en el cotidiano. Un abrazo viajero y lo mejor de lo mejor para vos, que te tomás unos minutos para pasar por acá. Que estés muy bien!
Marian, no conozco San Antonio pero la proxima vez que vaya con tiempo nuevamente, lo pondre en la lista. Que lindo y desde la foto se ve paz.. besos
ResponderEliminarQue lindo! Me encantan esas escapadas.. hacen bien al alma...
ResponderEliminarYo contando los dias para irme una semanita de vacaciones a Brasil.... yeaa!!!
beso
Hace rato que tengo gamas de conocer San Antonio de Areco! Quizas sea esta primavera ..?! No se .... Veremos... Re lindo el post y las fotos. Saludos, :)
ResponderEliminarQUE LINDO MARIAN! LEER ,FUE COMO HABER ESTADO UN RATITO.!BESSS
ResponderEliminarHace dos años , de regreso de unas vacaciones en Córdoba, pasamos dos maravillosos días en San Antonio de Areco. Estuvimos alojados en la Posada de la Plaza, un lugar que aunque no fue el más confortable, nos recibió con gran calidez. Sin dudas , San Antonio de Areco quedará siempre en mi corazón y al que regresaremos ¡¡¡¡¡ Maravillosas tus fotos ...¡¡¡
ResponderEliminarhola mariana ,cual es el pueblito que no se inunda, te pregunto porque si dios quiere compre unos terrenos ,
ResponderEliminary Dios mediante,pase a ser un vecino mas en nuestros campos. estoy mirando areco ,duggan y villa lia justamente.
me gustaria tener alguna referencia, gracias
Hola Sergio, sin dudas Villa Lía es la mejor opción. Areco se inunda, Duggan algo menos pero tambíén sufre el agua mientras que Villa Lía, no. Suerte!
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