Sin embargo, no me detengo y que sea, lo que sea! Pero ese es otro tema. Ya les contaré.
Hoy bajando fotos de estos últimos días me volvieron a la piel y al alma todos los sentimientos que me atravesaron estas últimas semanas.
Para quienes me leen por primera vez, quizás no sepan que no tengo hijos. Lo decidí. Sí!
Mis cuñados hicieron un viaje a Río de Janeiro por 10 días para celebrar su amor. Nos dejaron a nuestro cuidado a sus dos peques hijas, mis sobrinas. PALU Y MAITE.
A pesar de que también dejaron encargada de algunas cuestiones prácticas a la señora que trabaja en la casa y que es muy cercana a las nenas, yo sentía una enorme responsabilidad por su bienestar, porque no extrañaran, porque no les pasara nada malo, por hacerlas divertir, por mimarlas...
En todo ese ir y venir de amor, de paseos inusuales, de abrazos apretados, de besos llenos de ese caramelo que te pegotea la cara, de algún piojo maldito, de risas, de dibujos, de ir cantando todas juntas en el auto o jugando al veo-veo...
En todo ese ir y venir me daba cuenta de que un día se pegaba con otro y no encontraba el momento de reencontrarme con el Vasco. Wow!!! No sé cómo hacen mis amigas madres y muchas de ustedes. Admiración eterna.
En todo ese ir y venir me daba cuenta de que un día se pegaba con otro y no encontraba el momento de reencontrarme con el Vasco. Wow!!! No sé cómo hacen mis amigas madres y muchas de ustedes. Admiración eterna.
Sé que tendrán sus recursos, pero a mí me alivió saber que aquella decisión que tomé algún día, estuvo bien tomada. Con mi Vasco somos mucho más que dos. Y nuestra linda vida es así, sin hijos.
Egoísmo? Ponele! Creo en verdad que va mucho más allá de la comodidad de tener el tiempo para nosotros dos nada más. Hay cuestiones muy internas, "históricas", que se fueron conformando dentro mío y que ya de jovencita me hacían desear una vida plena, ennoviada con la vida y con algún señor que me atrapara en las mieles del amor, pero nunca, nunca, sentí eso que llaman el impulso de la maternidad.
Egoísmo? Ponele! Creo en verdad que va mucho más allá de la comodidad de tener el tiempo para nosotros dos nada más. Hay cuestiones muy internas, "históricas", que se fueron conformando dentro mío y que ya de jovencita me hacían desear una vida plena, ennoviada con la vida y con algún señor que me atrapara en las mieles del amor, pero nunca, nunca, sentí eso que llaman el impulso de la maternidad.
No fue una decisión fácil. Te echás a casi todo el entorno familiar encima, la mirada social, "mmmm qué rara es esta, no quiere tener hijos", en fin...pero yo aunque dudaba entre el mandato y lo que en verdad mi alma me pedía, me mantuve firme y tomé esa decisión.
Igual tuve un tiempo de incertidumbres, de no saber si algún día me arrepentiría.
Estos días tan intensos con las sobrinas me sirvieron y mucho!
Me llené de besos, de abrazos, de ese amor que te deja llenita el alma, de risas genuinas, de actividades que no hacemos casi nunca, de brazos con rallones de fibrones, de pelis infantiles, de planetario, de museo de Ciencias Naturales, de dinosaurios, de hamacarnos en la plaza...
Pero vuelvo a confirmar que mi vida la quiero tal y como está.
Qué suerte que no la pifié, porque debe ser muy, pero muy triste.
Amo a mis sobris, las amo, pero NO como esas tías sin hijos. Yo las amo desde lo que tengo, desde mi felicidad construída con el Vasco, no desde lo que no tengo, porque de hecho, no siento que me falte nada.
Cuando me dicen.."tía, te amo", me siento agradecida a la vida por haberme dado lo que siempre soñé un compañero enamorado a quien amar y unos hermanos generosos que me donan tiempo para que yo pueda estar con sus hijas que me quieren y a quienes adoro con todo mi cuerpo y mi corazón.
Me siento bendecida!
Pero mi alma_de_valija necesita alas para volar en libertad. Y esa libertad - en mi caso - no incluye hijitos. Así que disfruto los ajenos!
Que estén muy bien!
Qué suerte que no la pifié, porque debe ser muy, pero muy triste.
Amo a mis sobris, las amo, pero NO como esas tías sin hijos. Yo las amo desde lo que tengo, desde mi felicidad construída con el Vasco, no desde lo que no tengo, porque de hecho, no siento que me falte nada.
Cuando me dicen.."tía, te amo", me siento agradecida a la vida por haberme dado lo que siempre soñé un compañero enamorado a quien amar y unos hermanos generosos que me donan tiempo para que yo pueda estar con sus hijas que me quieren y a quienes adoro con todo mi cuerpo y mi corazón.
Me siento bendecida!
Pero mi alma_de_valija necesita alas para volar en libertad. Y esa libertad - en mi caso - no incluye hijitos. Así que disfruto los ajenos!
Que estén muy bien!