lunes, 30 de marzo de 2015

Nos vamos a conocer el Mar Negro.


Habíamos llegado con el crucerito a Anadolu Kavaği que es una pequeña localidad que vive por y para los turistas y cuyo máximo atractivo es la Fortaleza de Yoros. Para llegar al castillo, la caminata hacia lo alto del monte es bien importante,  pero vale la pena realmente.


Para que nos ubiquemos...



La escala en Anadolu Kavaği es de tres horas y tres son los lugares en donde se puede comer. El primero lo vas a ver antes de atracar ya que se ve una hilera de restaurantes al costadito del puerto.




El segundo lugar lo encontrarás en en la parte baja del pueblo.



Y el tercero, en el tramo de escaleras que hay antes de llegar al castillo. Allí se encuentra un puñado de restaurantes con unas vistas fantásticas. A pesar de parecernos una turisteada, elegimos esta tercera opción y no nos equivocamos.



Pero antes del almuerzo, comenzamos la caminata.






No hay señalización alguna.Intentamos por acá.


Primera parada pidiendo un descanso. Atrás vamos dejando los últimos coletazos del estrecho del Bósforo, y hacia el norte nos espera el Mar Negro.


    Será por acá?


    Por fin...sí, estamos en camino.


    Un pulmotor para dos!



    Wow...era cierto lo de la subida. Hasta aquí el Bósforo.







 

 Ya está decidido por acá vamos a almorzar, pero primero a    lo que vinimos.


   Cada vez más arriba. Nos falta entrenamiento, pero no entusiasmo o curiosidad.




 Y más alto aún.


Y sí...allí pór fin llegamos al lugar para poder ver el nacimiento del Mar Negro.




El fuerte de Yoros.





Barcos de gran calado van hacia el mar .




No podemos creer nuestra suerte...
 

Después de un rato mirando aquí y allá, a recuperar fuerzas. A por nuestro almuerzo.





Excelente decisión. Todo fresco, todo rico y nada caro.






 
Panza y vista llenas, corazón contento!
Seguimos bajando...













 









 


Golosinas para el viaje de regreso.



Ya está nuestro barco, así que nos vamos felices por este día tan bello.


Aquí arriba, en el lado izquierdo superior de la fotografía se aprecia la Fortaleza de Yoros hasta donde subimos para ver detrás el mar Negro.



Cansado el Vasco y muy Contento!
 


 Volvemos.






 Al llegar a Eminou  decido lustrarme las botas que las tengo a la miseria. Said resultó ser un  verdadero artista del oficio.






 
Re contra feliz y agradecida con mis botas como nuevas, empezamos a caminar perdiéndonos por la zona.





 Ya está atardeciendo....



Nos topamos con una de las entradas del Bazar de las Especias.




En los alrededores, el ir y venir de los lugareños es incesante. Nos mezclamos con ellos.



















Llegamos caminando hasta Sirkeci y ahí el Vasco me conmina a tomarnos el tranvía para ir hasta el hotel.


Desde la ventanilla la ternura misma.




Y nos bajamos en Cemberlitas.




A recuperar fuerzas y a dormir!


Nos topamos con el famoso Hamam de Cemberlitas, toda una topetitud. Pero esa es otra historia.

Ahora sí, a descansar!



Te aseguro que Estambul no tiene desperdicio.
Hasta la próxima!