lunes, 10 de septiembre de 2018

Ahora sí, llegamos a la desmesurada Nápoles.

Cuando contábamos que íbamos a incluir Nápoles para pasar unos días, no nos alentaban demasiado.


Algunos nos decían que la tomáramos sólo como base para llegar a la costa amalfitana que nunca fue finalmente.
Gracias a algunos corazones viajeros sensibles, como el de mi professoressa Patricia, genia total, como el de mi ex alumna Mariana que anduvo antes que yo por allá y me contagió su amor por esta ciudad,  nos entusiasmamos con esta Nápoles felizmente caótica. 


Nápoles es tan italiana que podrías llegar con ojos cerrados y de todos modos saber que se trata de ella y de ninguna otra. Tiene una personalidad inigualable esta ciudad tan tremenda.

Dicen Nápoles y lo primero que prejuiciosamente se piensa es en suciedad, caos del fulero, gente a los gritos, un tránsito desmesurado. Y cuando finalmente la conocés, le permitís muchos deslices y la ves enormemente bella, vivible del modo en que sólo las ciudades disfrutonas los saben ofrecer.

Bajamos del tren e hicimos combinación con el metro. Una estación más hermosa que la otra. 


Para hospedarnos habíamos elegido un B&B sobre la calle Toledo, la via comercial principal que parte la ciudad en dos. Lo conseguimos por Booking. 
Ambas cosas, un acierto total!
Un cuarto de 40 m2 modernísimo, mega cómodo, puesto con tanto gusto y tan cancherito que te juro que me hubiera quedado a vivir.


Ahora se vienen una seguidilla de fotos de este increíble lugar, por si en alguna oportunidad te das una vuelta por Nápoles y te da por tenerlo en cuenta. Regalo de la casa 😋








Y ahora nos pegamos un vuelta por el barrio, vio? Pero lo primero es lo primero que hay hambre.


Otro golazo...comer rico, abundante con lugareños que saben de qué va la rica comida italiana al uso nostro, va benissimo veramente!




Ahora sí, a adentrarnos en el quartiere spagnolo para bajar el almuerzo hasta los talones por lo menos y poder recorrer esa enmarañada urbe barrial donde se tejen y destejen tantas tramas policiales, muchas de ellas mito puro.








Nápoles te pone en modo feliz de una y sin anestesia. Todo es desmesura, abundancia de gestos, de ruidos, de comida, de aromas, de personas, de una alegría social, de puteadas,  de motos, de tutti quanti!

Ay, ay, ay, ay....esta recomendación que viene ahora es un capítulo aparte.
Este helado por Dioooooooooor! Lo tenés que probar si estás por esos pagos...Menella!Merecía ser argentino, de lo bueno que es.




Le entré con un entusiasmo casi colegial. jaja! Nosotros seguimos caminando que esto recién empieza. Sólo decirte que si sos de los afortunadísimos que están por hacer un viaje a Italia, no te  pierdas de conocer Nápoles. Te lo dice esta alma de valija que ya tiene varios kilómetros hechos por la vieja Europa. 


Te acordás del Libro "Comer, rezar amar..."? Bueno, para mí esos tres verbos humanos se dan por completo en esta ciudad. En Nápoles vas a encontrar momentos y motivos para toda esa místca.
Te espero en los próximos post para seguirla recorriendo. Abrazo y bueno settimana!



2 comentarios:

  1. Ay Ay Ay ¡¡¡¡¡¡¡ que bello Marian ¡¡¡¡ tomo nota y te sigo...por tu espíritu viajero, por tu buen vivir, por tu sensibilidad para ver lo hermoso ...decirte solo que cada post es un estar alli <3 Abrazo viajero

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    1. Gracias por acompañarnos en esta bitácora de viajes. Gracias por dejar tu huella!

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