miércoles, 9 de julio de 2014

Para mí Roma es un oxímoron.


 Sí lo es. Un oxímoron es un imposible, un milagro, una contradictio in adjecto, una inversión de las leyes de la naturaleza de incierto significado. Existen muchos tipos de oxímoron y son pocos los escritores y amantes de las letras y la literatura en general que no se han sentido en algún momento fascinados por esta sorprendente figura del lenguaje.

                                         Roma no es una excepción, quizás yo , tampoco.

 Cuánto más vieja, más potente se la ve a esa Roma vetusta.
 Cuanto más desaliñada y desprolija más bella resulta para mí.
 Cuánto más caótica, más elegante.

No sé, seguro muchos no coincidan con esta mirada personal, pero yo la amo por este tipo de contradichos.
























 




















 






3 comentarios:

  1. yo a Roma no la conozco...pero entiendo perfectamente el sentimiento!!! :)

    besos

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  2. hermoso....estoy soñando
    cuando pueda ver tanta belleza !!!

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  3. sabes que asi como soñaba conocer Florencia, Roma no me llamaba tanto... pero cuando la conocí la amé y la disfruté tanto tanto! Beso

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