lunes, 31 de octubre de 2016

De Pamplona a Sunbilla.


En otro viaje anterior el Vasco pudo cumplir el sueño de conocer el pueblo de su abuelo paterno, Saint Jean Pied de Port , además del pueblo que lleva su apellido paterno.
 Nos sentíamos felices por aquello.

Esta vez quiso llegar hasta Sunbilla, el pueblo donde nació y vivió su abuela paterna, doña Graciosa Elizalde, hasta que tuvo  que emigrar de aquel pueblo de ensueño para radicarse en el sur de la provincia de Buenos Aires..


Como el que avisa no traiciona y te digo siempre que pasa esto, hoy te gasto la ruedita del mousse. Sabelo! Así que buscás más información que imágenes este quizás no sea el post que estás buscando.


Ahora si seguiste hasta acá , sabé que vas a salir empachada de Sunbillla,  un pueblo de esos mágicos.


Este pueblito de menos de 1000 habitantes pertenece a la región de los valles Cántabros.


Ubicado a tan solo 50 y pico km de Pamplona.


La ruta promete a su paso.


Los caseríos vascos tan típicos no se dejan esperar.


El verde, el blanco y el colorado...colores que identifican a esta región vasca.


He aquí un típico edificio de cualquier pueblo o ciudad de euskalerría.


Cuando entramos a Sunbillia, ver esta colina tachonada de ganado ovino...me supuso esperar ver aparecer a Heidi, correteando con Pedro, cuesta abajo adelante del abuelo.


Podés creer esa colina?


Esta es la iglesia del pueblito. El apellido Elizalde, el de la abuela del Vasco, significa en euskera "al lado de la iglesia"
.

No podemos dejar de pensar en las penurias que pasarían para tener que dejar atrás tanta belleza.



Pero así ocurrió como a tantos emigrantes.


Este precioso y emblemático puente de piedra fue erigido en el siglo XVI.



El Vasco está emocionado.  Yo también!



Sunbilla está regado por el río Bidasoa que divide al pueblo en dos barrios.



El ganado pasta a su antojo


La vida transcurre en calma.


Pensamos en que seguramente por aquí habría andado doña Graciosa Elizalde.





Recorremos y metemos las narices por todos lados.



Único lugar abierto que encontramos. A por información.


A tomar un "cafelito" y averiguar si queda algún pariente lejano. Pero no tememos suerte. Ufa!


Uno de estos, estaría bueno, no?


Las flores, lo embellecen todo más aún.








La gente se saluda al pasar. Evidentemente una comunidad de menos de 1000 habitantes, cómo no conocerse!







Subimos por las colinas y recorremos todos los caminos. 



Queremos llevarnos todos los detalles para una vez en casa, contarle todo a Don Aberto, el papá del Vasco. Nos imaginamos su emoción.













Cruzamos el puente con el auto y nos sentimos felices como niños.















Toca irnos con la emoción de haber conocido no sólo un pueblo muy bello,  sino el lugar oriundo de un pedacito de la historia familiar del Vasco y su familia primera. 
Muy buen comienzo de semana!