lunes, 10 de abril de 2017

Primera aproximación al Douro por el puente Luis I . Oporto


Cuando llegás a Oporto, no hay quien no te recomiende pasearte por la zona baja, la que se encuentra atravesada por el río Duero.

Por supuesto, cuando te ponés a armar el viaje y a investigar, esta misma recomendación se encuentra entre las más valoradas por turistas y viajeros. Pero no sé  - a cuento de qué - a mí me generaba cierta desconfianza este paseo, como si me fuera a frustrar. Quizás porque íbamos en invierno y esos lugares se disfrutan más en primavera, ya que las terrazas de los restaurantes y barcitos aparecen en todas las fotografías atestados de gente disfrutona superpoblando las orillas del río en cuestión,

Pero, a pesar de mis infundadas prevenciones, arrancamos la mañana con la idea de llegar hasta el río. No teníamos claro cómo hacerlo, Algunos nos recomendaban un funicular 
( opción descartada para mí...claustrofobia mal), otros el metro y  los más que " todos los caminos" conducen carrera abajo a la famosa Ribeira. Pues, a pura patita salimos con la idea de "perdernos" y que fuera ella la que saliera a nuestro encuentro.

Paraditos en la puerta del hotel, de cara a la plaza se nos dio por virar a la derecha, donde se asomaba una callecita muy estrecha que para abajo  , bastante decadente que invitaba a gritos ser caminada . Y nosotros, como escuchas de este tipo de llamados, no nos hacemos desear.


Sería algo así como la Oporto "profunda". Profundamente cinematográfica, decadente, entrañable. Como una vieja dama que supo - en otro tiempo fugaz- de esplendores y belleza. Aquello que decía mi abuela " la que tuvo, retuvo" estaba tangible en estas calles.



Cero turistas. Los vecinos nos miraban extrañados. Nosotros felices como perdices.




Vereditas angostísimas y un adoquinado de ensueño.






Tiendas de tooooda la vida.




Y así camino abajo de pronto desembocamos en la plaza de la Catedral de Oporto. La dejamos pasar para más tarde. El río nos llamaba.


Decididamente pensábamos que estábamos bien encaminados. Ya habíamos descendido un buen trecho.


Sin embargo de pronto, nos vimos parados en el piso superior del inicio del famoso Puente Luis I.


El Duero es atravesado por varios puentes, el más importante es el Luis I de finales del siglo XIX, que une Vila Nova de Gaia con la Ribeira. Tiene 2 pisos. EL superior por donde pasa el metro ...


...y otro inferior por donde circulan los vehículos. En ambos pisos, hay un espacio para los peatones.


Pero bueno, seguimos arriba y lo vamos a aprovechar.


Tratamos de no perdernos detalle.



No podíamos entender, cómo -habiendo descendido tanto- estábamos a semejante altura. Cómo haríamos para llegar a orillas del río.


Por lo pronto disfrutamos de estar allí, uno de los mejores miradores de las dos orillas Desde allí se aprecia de un lado las famosas bodegas de vino Oporto...







Y del otro lado, se insinúa la Ribeira que más tarde lograríamos conocer y tantísimo disfrutar.







Nos parece todo muy hermoso. Pero que muy.







A seguir trotando. Vamos a desandar el camino a ver si podemos bajar. Pero eso será en el próximo post. Abrazo enorme, gracias por alimentar este ida y vuelta con tu comentario y nos vemos el miércoles. Salute muchachada!




2 comentarios:

  1. Que lindo! esta bueno ir a zonas menos turisticas pero que son el cotidiano de la ciudad. Uno la conoce de otro modo. Yo suelo hacer eso siempre que puedo.
    Hermosos paseos!

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    1. Gracias Esteli...y sí no hay nada como callejear por lo más cotidiano de cada lugar. Besote

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Y ¿qué te pareció?.Gracias por pasarte y alimentar este espacio. Si es con buena onda, muchísimo mejor.