viernes, 13 de julio de 2018

Y nos vamos para Milán!

Dejar atrás Portofino, dolió y mucho! Nunca tuve expectativas con respecto a Milán, para que te voy a mentir...  Pero debo reconocer que, aunque al comienzo no lograba conectarme con esta ciudad dado que me parecía la menos italiana de las que llevo conocidas hasta el momento, terminé encontrándole un puntito.

En Santa Margherita Ligure tomamos el tren hasta Génova y de allí la conexión a Milán. 


La verdad que los trenes italianos, salvo los de alta velocidad, no son nada del otro mundo. Sin embargo, nos pareció maravilloso la increíble oferta de conexiones múltiples. Desde cualquier lugar -medio que por tren- te podés mover a donde quieras, eso sí, tenés que poner muy especial atención a los carteles , porque las indicaciones de andenes no figura en ningún boleto de tren.

Las distancias no son abrumadoras, sobretodo para quienes vivimos en un país tan extenso en las 4 direcciones y los precios tampoco nos parecieron tan caros, como en España por ejemplo.

Mi Vasco, zarpado de facha!


Con las consabidas conexiones mediante y, previa validación del pasaje en las maquinolas que están cerca de cada andén, arribamos a Milán.




Inmensa estación central de ferrocarriles.con más de 20 plataformas , en uno de esos edificios de los años '30 que te dejan con la boca abierta. Aparentemente la obra se inició bajo el reinado de Víctor Manuel III y tomó una dimensión descomunal bajo la tiranía de Benito Mussolini, a modo de demostrar el poderío del régimen fascista.



Habíamos escogido un hotel que estaba en diagonal a la puerta principal de la estación. Así que, siguiendo las indicaciones de USCITA...nos encaminamos a nuestro bulincito por esos días.


Detalles que hablan mucho de la ciudad que estamos a punto de conocer. Diseño y refinamiento.


La fachada principal de la Estación vista desde la plaza.


La mayoría de los milaneses se arregla mucho y tienen una estética que los distingue.



Esta vez tomamos por Booking el hotel GLAM, que nos mereció una grata sorpresa Muy cómodo, re bien ubicado, a 10 metros del hotel la estación de metro, en frente de la estación central de trenes, muy confortable, un baño estupendo,,un gran desayuno...en fin, que valió cada eurillo gastado, así que quedamos chochos!


Bueno, pa'dentro, como la zamba!


Esperando para hacer el check in.


Desde la ventana del cuarto...








Tiramos todo y nos fuimos para el centro neurálgico de esta ciudad. Il Duomo!





Una de las catedrales más grandes de Europa.



La miramos extasiados. Pero a ella volveremos en otra oportunidad. Queremos caminar e ir viendo de qué la va esta ciudad donde la moda y el diseño son sus grandes banderas internacionales.

Nos asomamos a la Gallería Vitorio Emanuelle II, conocida como el Salón de la Moda. 





Huelga decir que arquitectónicamente hablando es muy bella, pero a mí, en lo personal, no me llegó al alma, no me conmovió. Lo siento...no soy perfecta!



Sería muy imbécil si no dijera que los pisos son sencillamente increíbles, sobretodo teniendo en cuenta que el inicio de su construcción data del siglo XIX. Sin embargo es de esas bellezas frías, deslumbrantes como el Vaticano, ponele, pero que se quedan en eso, no logran emocionar. Quizás de tan perfectas, no lo sé bien...a mí me tira más una Roma decadente...me entendés, no?





Y aquí el comercio que más me gustó. Borsalino, cuyos sombreros son de ensueño y el local, sencillo y muy elegante.


Salimos a la calle. Nada, pero nada me gusta más que conectarme con el clima de la calle, sus olores, sus sabores, el andar de su gente, cómo se expresan, cómo se dirigen unos a otros, cómo se miran o se invisibilizan, cómo se relacionan con la comida del lugar, cómo se visten, cómo hablan, gesticulan,  ...en fin, lo humano me atrae especialmente.

Pasamos por un lugar que parecía muy popular, porque la gente en general, es decir turistas y locales entraban de a decenas, onda Atalaya para quienes conocen el camino a la costa atlántica argentina. Y en ese ir y venir, no quisimos perdernos la oportunidad de probar de qué se trataba aquello.
Y así es como salimos de LUINI, ambos munidos de unos panzerottis rellenos, recién hechitos.


El local en cuestión se trata de un lugar pequeño en donde venden panzerottis fritos u horneados de verdura o de jamón y queso, también unas especies de donas, todo que muy rico. Para un tentempié al paso, va como trompada. 


Y al igual que ellos, salís con tu panzerotti a la calle y te apoyás donde podés y te pasás un regio momento.

La tarde estaba muy agradable y nos tentamos más adelante con un gelatto que estaba bien sabroso. Y ojo que no soy de las que se les cae la baba por la pizza y el helado italiano. En esos rubros, los argentinos,  hemos mejorado mil veces sus recetas. La mixtura, más el sabor local realmente han mejorado lo heredado de nuestros antepasados italianos. Soy defensora a ultranza de la pizza argentina, aunque la pido media masa . No me podés negar que acá hay heladerías artesanales que son maravillosas. Y allá no todo lo que reluce es oro.


La cuestión es que este estaba buenísimo realmente. Sabores que no acostumbramos a pedir por estos pagos como pistacchio, ghianduia, mascarpone ( il vero, vio?)...en fin que estaban 8 puntos.


El milanés se lookea para salir...la verdad que todas las calles aledañas al Duomo, parecían pasarelas a cielo abierto.




Y ella por supuesto, la más bella entre las bellas.




No deja de asombrarme cómo el ser humano es capaz de crear obras como esta. Habrá llevado muchísimo tiempo ( de hecho se construyó a lo largo de 6 siglos), seguramente se llevó puestas muchas vidas "esclavizadas" también, pero que alguien en su cabeza de los años 1300 y pico haya pergeñado una obra arquitectónica de semejante magnitud, sin tecnología alguna, sobretodo en los primeros 500 años , me parece algo sobrecogedor. ( y ahora todo te lo quieren solucionar con Durlock..."cambia todo cambia").




Caminamos, caminamos y caminamos...pero sin llegar a conmovernos con esta ciudad, al menos en este primer día. Nos parece una ciudad prolija, limpia, pero no emociona.



Volvemos al hotel a descansar y a tomar la cena que nos ofrece.


En la próxima te muestro un barrio que nos encantó y nos amigó mucho más con esta Milán tan coqueta.


Te pasó alguna vez que un lugar que visitaste te decepcionó un poco? Si querés compartirlo soy todo ojos. Abrazo viajero! Hasta la próxima.!






























































































6 comentarios:

  1. Hola Mariana, nos pasó lo mismo que a vos, también con Milan, fuimos el año pasado y al bajar del tren ya la primera impresión no se como explicarte , no fue del todo buena, ....no nos sentimos a gusto, siempre en una ciudad grande , después de visitar pueblitos como nos gusta a nosotros, cuesta adaptarse....pero con Milan no hubo onda ....este año le dimos otra oportunidad....y nos volvió a pasar lo mismo.....se ve que tendremos que rumbear para otros lados no mas jaja.....siempre un gusto leerte y esperando seguir viajando con uds, gracias por compartirlo. Roberta

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    1. Viste, Roberta? Sé que hay muchos defensores y entusiastas con esta ciudad...pero bueh...A mí no me tocó ese amor por ella. Un besote y lindísimo saber que viajás con nosotros. Abrazo!!!!

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  2. Hola Mariana!Esa sensación que describís me pasó con New York, la visité en mayo de este año.No niego todo lo que ofrece, las vistas desde los rascacielos con muy lindas y sus puentes son impactantes; pero en líneas generales no me deslumbró como pensé que sucedería.Lo que si me gustó fue reconocer lugares, tiendas y escenas cotidianas mil veces vistas en las películas.Pero no sentí ese apretujón en el corazón que sentí al conocer otro lugares como París,Landres o como también me pasó con Tafí del Valle!Buen fin de semana y gracias por compartir.Besos

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    1. Qué loco, viste? Y no te pasó que querés que te guste, que le buscás la vuelta, pero nada...es decepcionante pero parte del juego. No puede gastarnos a todos lo mismo. Yo soy de las ciudades y pueblos viejos...no hay caso. Lo demás me parece estéticamente bello, pero por dentro no me pasa nada. En fin...para gusto los colores! Abrazo, Ale y qué bueno que lo compartas, no me dejás sola en esto...jajaja. Besotes

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  3. La Catedral parece muy linda…
    Claro, sobre gustos hay de todo.. y a veces las expectativas no se cumplen.. a mi no me gustó la Capilla Sixtina… que se yo, fue un “tanto lio para esto?”. En ese caso no contribuyó a crear ambiente el que estaban las autoridades a los gritos todo el tiempo diciendo que se hiciera silencio y que no se sacaran fotos..
    Igual siempre es lindo conocer, y los viajes son geniales para encontrarse con lo que a uno le gusta y lo que no..
    beso

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    1. Si, Estrellita la Catedral es muy linda, no por dentro...pero todo el exterior es bellísimo. De todas maneras es como vos decís, si uno no conoce no puede decir si le gusta o no. Así que vivan los viajes para seguir conociendo y discerniendo entre lo que nos emociona y lo que no. Abrazote!

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