Begijnhof, un refugio de silencio y paz visual en medio de la vertiginosa Ámsterdam.

 

En pleno centro medieval de Amsterdam encontramos esta especie de santuario, aislado del bullicio que lo rodea. El Begijnhof se fundó en1346 para una hermandad de mujeres católicas laicas, las beginas, que cuidaban de los ancianos y vivían una vida religiosa.
La puerta estaba entreabierta , pero si no vas con el dato, pasa muy desapercibida. Sin embargo abrir esa puerta, te hace entrar a un lugar diferente.

 

Y al salir recorrimos un poco el entorno, que nada tiene que ver en cuanto al ritmo de esta ciudad  con ese refugio tan placentero.

Y caminando, a nadita del lugar,  llegamos a la Plaza Spui, que es un agradable lugar donde pasear sin prisa, tomar un café, leer o conseguir  libros interesantes. En esta plaza se alza una pequeña estatua llamada Het Lieverdje, que representa a la juventud de Ámsterdam.

Y después de tanto y tanto andar, qué tal la buena onda de esta casa que te regala un descansito al paso?

 

La seguimos!